Desde
que publiqué la quinta parte de Antiquarius:
El cuadro,
me han llegado muchos mensajes de personas molestas por el enfoque
histórico de los inicios de la Unión Soviética, sobretodo en lo
concerniente a los genocidios desde 1918 hasta 1940. Muchos
consideran que no hubo tal represión y que todo fue producto de la
situación conflictiva del momento.
No
me toca valorar moral y éticamente lo sucedido en los episodios
llamados Terror Rojo,
Colectivización,
Gran Pugna
o Limpieza étnica.
Mi objetivo es consultar todo tipo de fuentes, sin hacer
restricciones ideológicas, y dar a conocer esa parte de la historia
de forma objetiva.
En
este caso, el contexto se desarrolla en la etapa negra de la Unión
Soviética de Stalin,
una etapa que se ha repetido en otros momentos de la historia como en
la Revolución
Francesa
donde hubo represión y ejecuciones entre 1793 y 1794; Alemania
del Tercer Reich
(1933-1945) con seis millones de víctimas en campos de
concentración; España
de Franco de 1939
con 50.000 fusilados; Camboya
de Pol Pot
donde los Jemeres Rojos asesinaron a un millón y medio de personas
entre 1975 y 1979; Revolución
China de Mao Tse-Tung
en la que murieron entre 18 y 32 millones de personas en el período
de 1958 a 1961; Régimen
militar chileno de Augusto Pinochet
en el que se torturó y ejecutó a 35.000 personas entre 1973 y 1990.
La lista es larga y podemos observar que un cambio socio-político
brusco lleva a una etapa de represión, sea cual sea la ideología.
Las revoluciones son positivas si con ello avanza la humanidad hacia
una cultura de tolerancia y paz. El problema surge cuando aquellos
que lucharon por los Derechos Humanos llevan a cabo políticas de
represión, censura o limpieza étnica para mantenerse en el poder y
salvaguardar los mismos ideales contra los que se luchó. Toda una
paradoja.
Por tanto,
no critico que el comunismo sea bueno o malo en función de la
represión estalinista, solo doy a conocer unos hechos para que usted
los valore y realice una crítica constructiva. Confío en su buen
criterio.
Agradezco
a los que me habéis escrito porque, independientemente de que
comparta o no las opiniones, me han aportado muchos puntos de vista
sobre la historia. No me importa que su opinión sea favorable o
contraria, siempre y cuando se haga con argumentos y respeto.
Un saludo,
David Bruma
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